Por un despiste no hemos recorrido las calles de nuestro querido Sardón, pero hemos tenido una visita que nos ha valido muchísimo más.
Hoy ha estado con nosotros Teófilo Posadas, o el Titi, como nos gusta cariñosamente llamarle. A pesar de sus más de 80, el Titi conserva la jovialidad, la buena memoria y las ganas de disfrutar de un chaval. Además de contarnos la historia del viejo Molino, de como pasó de mano en mano (desde un antiguo diputado de las cortes asesinado a sangre fría, a su propia familia) y de uso en uso (desde fábrica de papel a merendero, pasando por fábrica de luz), nos ha hablado también de viejas historias del pueblo y sus habitantes.
La historia de su molino es rica en anécdotas, pero más aún lo es la suya propia. Peón de obra, taxista y repostero, el Titi ha sido un gran empresario y sin duda un orgullo para Sardón. Con su buen humor y sus ganas de trabajar, ha sido y es un ciudadano ejemplar y un estupendo amigo.
Titi, muchas gracias por venir y contarnos todas tus historias.
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