Trabajar el primer módulo con las mujeres que componen el grupo de Rueda ha sido una experiencia verdaderamente enriquecedora. El primer día se ha trabajado con ellas la autoestima, y han realizado las entrevistas, unas a otras, a modo de biografías. La peculiaridad está en que hay tres generaciones en el grupo, desde los quince años de edad hasta los sesenta y cuatro, y ver como se igualan a la hora de expresar pasado, presente y proyectar futuro, ha sido algo mágico.
El valor que las experiencias tienen para nuestra autoestima se ha valorado sin las barreras de la edad podría haber puesto. No ha habido ningún 'maternalismo' hacia la más joven, ni viceversa. Parece que la edad desaparece cuando se trata de reconocernos y valorarnos.
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